domingo, 15 de marzo de 2009

Observando los Ejércitos en el Campo de Batalla de Kuruksetra

1. Dhritarastra dijo: ¡Oh Sañyaya! ¿Qué han hecho mis hijos y los hijos de Pandu, después de reunirse en el lugar de peregrinación de Kuruksetra, encontrándose deseosos de luchar?.

Meditación: Quizá a usted le asombrará que Krishna, Dios, dé Sus instrucciones en un campo de batalla, justo antes del comienzo de una guerra. Pero aún mayor será su asombro cuando vea que Krishna está propiciando esta guerra al entusiasmar a Su devoto, Aryuna, a matar incluso a sus familiares que se habían unido del lado de la injusticia. Nadie quiere morir, y para nuestro sentimentalismo, parece incomprensible que la muerte de los cuerpos materiales pueda ser algo bueno creado por Dios.
El concepto del propósito de la vida y de la muerte, situaciones inevitables para todos, es la substancia principal de las enseñanzas de Krishna, por las cuales podemos aprender cómo actuar correctamente en este mundo material. Estamos en la escuela de la vida y cada lección comienza con el nacimiento y termina con la muerte. El libre albedrío nos permite actuar a favor o en contra de la voluntad divina, y la ley de acción y reacción (karma), creada por el mismo Señor Krishna, hace que los malhechores sufran los mismos males que infringen a otros. Ya sea en esta misma vida, con enfermedades o muerte prematura, o en la próxima con un nacimiento desafortunado. En cambio, aquellos que se esfuerzan por el bien en este mundo, son recompensados, por la misma ley del karma, con nacimientos opulentos en planetas superiores.

Pero la meta de todo es entender que no somos este cuerpo material y que podemos volver al mundo espiritual cuando descubramos nuestra eterna relación con el Señor Krishna. La dulce voluntad de Krishna está por encima de todos, por encima de las leyes de este mundo, las cuales fueron creadas por Él. También está por encima de la vida y de la muerte, que son tan sólo parte de la rectificación para las almas descarriadas. Si el mal no fuera castigado, nadie entendería qué es malo; por eso Krishna dice a Su devoto Aryuna que mate a los malhechores que han cometido una larga lista de atrocidades contra la ley, la moral y el pueblo en general.

Por razones políticas, incluso los amigos, parientes y maestros de Aryuna se han unido al lado pecaminoso y no se les perdona porque la orden de Dios está por encima de todos. La posición de Aryuna era la de un guerrero. Era hermano del heredero legal de la corona de la India y tanto él, como sus cuatro hermanos, eran grandes devotos de la Suprema Personalidad de Dios, Krishna, quien había aparecido en la Tierra como familiar de ellos y quien fue incluso, en ese entonces, reconocido como la aparición de Dios en la Tierra. Queremos y debemos evitar la violencia de acuerdo con los códigos de Dios, pero las enseñanzas védicas dicen que en ciertos momentos es necesario aplicarla. Según los mandatos védicos, hay seis clases de agresores que pueden ser muertos de inmediato sin incurrir en ningún pecado al hacerlo: 1- el que da veneno, 2- el que incendia la casa, 3- el que ataca con armas mortales, 4- el que roba las riquezas, 5- el que ocupa la tierra de otro, 6- el que rapta a la esposa, y otros ofensores de la dignidad humana.

Los guerreros en los tiempos védicos (ksatriyas) tenían la responsabilidad de proteger a los ciudadanos de cualquier malhechor o explotador. La guerra simboliza lo más indeseable que podamos encontrar en el mundo material. Pero los devotos del Señor Krishna no están desamparados en ningún momento, y por eso, las inmortales instrucciones de Sri Krishna al devoto guerrero Aryuna son representativas de las dificultades que cada uno debe sobrepasar en la lucha por la vida en este mundo material.

Krishna explica la situación de la violencia en este mundo y muchas famosas personalidades mundiales han ofrecido los más altos respetos a Sus palabras: Humboldt, Kant y Schopenhauer, para sólo mencionar algunos, así como también el famoso pacifista Mahatma Gandhi, quien leía diariamente el Bhagavad- gita.

2. Sañyaya dijo: ¡Oh Rey! Después de mirar el ejército reunido por los hijos de Pandu, el rey Duryodhana vino a su maestro y comenzó a hablar las siguientes palabras:

Meditación: Aryuna es uno de los cinco hijos de Pandu, y Duryodhana es el rey pecaminoso que encabeza el bando de los Kurus. Sañyaya es el secretario del viejo padre ciego de Duryodhana, llamado Dhritarastra, y relata al viejo rey todo lo que acontece en Kuruksetra, antes y durante la batalla.

3. ¡Oh maestro mío! He ahí el gran ejército de los hijos de Pandu, dispuesto de manera muy experta por tu inteligente discípulo, el hijo de Drupada.

4. Aquí en este ejército hay muchos arqueros heroicos, iguales en la lucha a Bhima y Aryuna; hay también grandes guerreros como Yuyudhana, Virata y Drupada.
5. También hay grandes guerreros heroicos y poderosos como Dhristaketu, Cekitana, Kasiraja, Puruyit, Kuntibhoya y Saibya.

6. Están el magnífico Yudhamanyu, el muy poderoso Uttamauya, el hijo de Subhadra y los hijos de Draupadi. Todos estos guerreros son grandes luchadores de cuadriga.

7. ¡Oh, el mejor de los brahmanas! Para tu información, déjame hablarte de los capitanes que están especialmente calificados para dirigir mi fuerza militar.

8. Hay personalidades como tú mismo, como Bhisma, Karna, Kripa, Asvatthama, Vikarna y el hijo de Somadatta llamado Bhurisrava, quienes siempre resultan victoriosos en la batalla.

9. Hay muchos otros héroes que están dispuestos a dar su vida por mí. Todos ellos están bien equipados con diversas clases de armas, y todos poseen experiencia en la ciencia militar.
10. Nuestra fuerza es inconmensurable y estamos perfectamente protegidos por el abuelo Bhisma, mientras que la fuerza de los Pandavas, cuidadosamente protegida por Bhima, es limitada.

11. Ahora todos vosotros debéis dar vuestro apoyo total al abuelo Bhisma, permaneciendo cada cual en su respectivo puesto estratégico dentro de la falange del ejército.

12. Entonces Bhisma, el grande y valiente patriarca de la dinastía Kuru, el abuelo de los guerreros, sopló su caracola con gran estrépito, como el rugido de un león, produciendo júbilo en Duryodhana.

13. Después de eso, sonaron súbitamente todas las caracolas, los clarines, las trompetas, los tambores y los cuernos, y el sonido combinado fue tumultuoso.

14. En el bando opuesto, tanto el Señor Krishna como Aryuna, situados en una gran cuadriga tirada por blancos caballos, sonaron sus caracolas trascendentales.

15. Entonces, el Señor Krishna sopló Su caracola llamada Pañchayanya; Aryuna sopló la suya, la Devadatta; y Bhima, el comedor voraz y ejecutor de tareas hercúleas, sopló su terrorífica caracola llamada Paundra.

16-18. El rey Yudhisthira, el hijo de Kunti, sopló su caracola la Anantaviyaya, y Nakula y Sahadeva soplaron la Sughosa y la Manipuspaka. ¡Oh Rey! El gran arquero, el Rey de Kasi, el gran guerrero Sikhandi, Dhristadyumna, Virata y el invencible Satyaki, Drupada, los hijos de Draupadi y los demás como el hijo de Subhadra, de poderosos brazos, todos soplaron sus respectivas caracolas.

19. El sonido de estas diversas caracolas se tornó estrepitoso, y así, vibrando tanto en el cielo como en la tierra, destrozó los corazones de los hijos de Dhritarastra.

Meditación: Cuando Bhisma y los demás del bando de Duryodhana soplaron sus respectivas caracolas, no hubo angustia de parte de los Pandavas. Estos sucesos no se mencionan, pero en este verso específico se dice que los corazones de los hijos de Dhritarastra sí fueron destrozados por los sonidos vibrados por el bando de los Pandavas. Esto se debía a los Pandavas y a su confianza en el Señor Krishna. Quien se refugia en el Señor Supremo no tiene nada que temer, ni aun en medio de la mayor calamidad. Esto es lo que Srila Prabhupada nos ha enseñado.

20. ¡Oh Rey! En ese momento, Aryuna, el hijo de Pandu, quien estaba sentado en su cuadriga y cuyo estandarte estaba marcado con Hanuman, mirando a los hijos de Dhritarastra, levantó su arco y se preparó a disparar sus flechas. ¡Oh Rey! Aryuna habló entonces estas palabras a Hrisikesa (Krishna):

21-22. Aryuna dijo: ¡Oh infalible! Por favor, coloca mi cuadriga entre los dos ejércitos de manera que yo pueda ver quién está presente aquí, quién desea pelear y con quién debo lidiar en esta gran tentativa de batalla.

Meditación: Srila Prabhupada nos instruyó: Aunque el Señor Krishna es la Suprema Personalidad de Dios, en virtud de Su misericordia sin causa, estaba ocupado en el servicio de Su amigo. Él nunca falla en el afecto por Sus devotos, y por eso, aquí se Le llama infalible. Como auriga, tenía que ejecutar las órdenes de Aryuna, y como no vaciló en hacerlo, se Le llama infalible. Aunque había aceptado la posición de auriga de Su devoto, Su posición suprema no era desafiada. En cualquier circunstancia, Él es la Suprema Personalidad de Dios, Hrisikesa, el Señor de los sentidos totales. La relación entre el Señor y Su servidor es muy dulce y trascendental. El servidor siempre está dispuesto a prestar algún servicio al Señor y, de la misma manera, el Señor siempre está buscando una oportunidad para rendir algún servicio a Su devoto. Él Se complace mucho más de que Su devoto puro asuma la ventajosa posición de ordenarle, que de ser Él quien dé las órdenes. Krishna es amo y Señor, todos están bajo Sus órdenes y nadie está por encima de Él para darle órdenes. Pero cuando Él encuentra que un devoto puro Le está dando órdenes, obtiene placer trascendental, aunque Él es el infalible Señor en todas las circunstancias.

ARYUNA, ABRUMADO, REHÚSA LUCHAR Y EXPLICA SUS RAZONES

23. Déjame ver a los que han venido a luchar con deseos de complacer al malévolo hijo de Dhritarastra.

24. Sañyaya dijo: ¡Oh Aryuna! (Descendiente de Bharata). Al dirigírsele Aryuna en esta forma, el Señor Krishna condujo la excelente cuadriga, colocándola en medio de los ejércitos de ambos bandos.

25. Ante la presencia de Bhisma, Drona y todos los demás caudillos del mundo, Krishna (Hrisikesa), el Señor, dijo: ¡Mirad tan sólo, Aryuna! (Partha), a todos los Kurus que se encuentran aquí reunidos.

26. Estando allí, en medio de los ejércitos de ambos bandos, Aryuna pudo ver a sus padres, abuelos, maestros, tíos maternos, hermanos, hijos, nietos, amigos e igualmente a su suegro y bienquerientes como Kritavarma, etc. Pudo ver también los ejércitos que incluían a muchos de sus amigos.

27. Cuando el hijo de Kunti, Aryuna, vio todas estas diversas clases de amigos y parientes, se sintió abrumado por la compasión y habló así:

28. Aryuna dijo: Mi querido Krishna, al ver ante mí a mis amigos y parientes con ánimos de luchar, siento temblar los miembros de mi cuerpo y mi boca se seca.

29. Todo mi cuerpo tiembla y mis pelos se erizan. Mi arco Gandiva se resbala de mis manos y mi piel arde.

30. Me siento incapaz de permanecer aquí más tiempo. Me estoy olvidando de mí mismo y mi mente da vueltas. ¡Oh destructor del demonio Kesi! Preveo sólo el mal.

31. No veo cómo puede resultar bien alguno de matar a mis propios parientes en esta batalla; ni puedo, mi querido Krishna, desear ninguna victoria, ni reino, ni felicidad subsecuente.

32-35. ¡Oh Krishna! (Govinda) ¿De qué nos sirven los reinos, la felicidad, o aun la vida misma, cuando todos aquellos para quienes los deseamos se encuentran ahora dispuestos en este campo de batalla? ¡Oh Krishna! (Madhusudana) Cuando maestros, padres, hijos, abuelos, tíos maternos, suegros, nietos, cuñados y todos los parientes están dispuestos a dar sus vidas y sus propiedades y están presentes ante mí, entonces, ¿por qué he de desear matarlos, aunque yo sobreviva? ¡Oh, sustentador de todas las criaturas! No estoy dispuesto a pelear en contra de ellos, ni siquiera a cambio de los tres mundos, mucho menos por esta tierra.

36. Si matamos a tales agresores, el pecado nos vencerá. Por lo tanto, no es correcto que nosotros matemos a los hijos de Dhritarastra y a nuestros amigos. ¡Oh Krishna, esposo de la diosa de la fortuna! ¿Qué ganaríamos y cómo podríamos ser felices matando a nuestros propios parientes?

37-38. ¡Oh Krishna! (Yanardana) Aunque estos hombres dominados por la codicia, no vean falta en matar a su propia familia ni en reñir con sus amigos, ¿por qué nosotros, que tenemos conocimiento del pecado, hemos de ocuparnos en estos actos?

Meditación: Las razones hasta aquí expuestas por Aryuna, pueden parecernos muy morales y correctas, pero como se verá en la respuesta que Sri Krishna le da en el Segundo Capítulo, la posición de Aryuna corresponde a la de una persona que está confundida por el apego al cuerpo material. Como explicamos anteriormente, una guerra nunca es deseable, pero a veces se hace necesaria para castigar a personas empeñadas en violar la voluntad de Dios. Aryuna, a pesar de ser un devoto puro y estar realmente situado en una plataforma trascendental, toma ahora el papel de una persona común que se aflige ante la desgracia de una lucha fratricida. Pero como en este caso los oponentes han estado siempre del lado del pecado y por muchos años no escucharon los buenos consejos de Krishna y de personas santas, es la voluntad del Señor que sean castigados definitivamente para el bien de todos, incluso de ellos mismos. Como se verá, Aryuna encontrará alivio a su angustia al seguir la orden del Señor.

39. Con la destrucción de la dinastía, se destruye la eterna tradición familiar, y así, el resto de la familia incurre en prácticas irreligiosas.

40. ¡Oh Krishna! Cuando la irreligión predomina en la familia, las mujeres de la familia se corrompen, y de la degradación de la mujer se origina la prole no deseada ¡Oh descendiente de Vrisni!

Meditación: Tristemente, este verso encuentra una evidencia práctica en el mundo actual. Las calles del mundo entero están llenas de niños pequeños abandonados por sus padres y la prostitución de éstos es algo que no falta en ninguna gran ciudad. Los matrimonios no tienen ninguna estabilidad y la oscura cifra de asesinato de niños, es decir, abortos, ya ha crecido a 60 millones por año.

41. Cuando hay un aumento de población no deseada, se crea una situación infernal tanto para la familia como para aquellos que destruyen la tradición familiar. En tales familias corruptas no se ofrecen oblaciones de alimento y agua a los antepasados.

42. Debido a los actos malévolos de los destructores de la tradición familiar, se devastan toda clase de proyectos de la comunidad y actividades para el bienestar de la familia.
Meditación: El matrimonio sagrado es parte de la cultura védica y el divorcio es totalmente condenado.

43. ¡Oh Krishna, sustentador de los pueblos! Yo he oído por sucesión discipular que aquellos que destruyen las tradiciones familiares moran siempre en el infierno.

44. ¡Ay de mí! ¡Qué extraño es que estemos preparándonos para cometer actos extremadamente pecaminosos, impulsados por el deseo de disfrutar de felicidad regia!

45. Yo consideraría mejor que los hijos de Dhritarastra me matasen desarmado y sin resistir, antes que pelear con ellos.

46. Sañyaya dijo: Habiendo así hablado en el campo de batalla, Aryuna, con su mente abrumada por la angustia, arrojó a un lado su arco y flechas y se sentó en la cuadriga.